domingo, 30 de septiembre de 2007

Una de cal, una de canto

La Cámara porteña confirmó el amparo que frena la demolición de Montevideo 1244/1250, en un fallo ajustadísimo, tajante y unánime. No sólo rechazó los pintorescos argumentos del procurador porteño, sino que le recordó al Ejecutivo un nivel de coherencia básico: si hay un proyecto de ley para catalogar un edificio, no pueden autorizar que se lo demuela. Sabugo, por su parte, se negó finalmente a inhibir la destrucción del edificio.

Por Sergio Kiernan


El edificio de los Bemberg en Montevideo 1244/50, que fue salvado de la segura demolición por los vecinos reunidos en Basta de Demoler, sigue en el centro de una muy inédita movida política. Por un lado, la Cámara porteña acaba de rechazar la apelación del procurador porteño con un contundente, claro y unánime fallo que le explica un par de cosas al gobierno de cómo se deberían hacer las cosas. Por el otro, el inefable Mario Sabugo acaba finalmente de enviar su informe a la Legislatura afirmando que no va a inhibir el edificio, porque ya autorizaron la demolición. Resultó que el funcionario no es distraído: es cómplice.

Los vecinos de Basta de Demoler perdieron la patriada en Callao 924 –por puntos: salvaron las antigüedades del petit hotel– pero se están luciendo en la de Montevideo 1250. Su amparo para que el delicioso edificio no sea demolido y reemplazado por una fea torre de vidrios prosperó y acaba de ser confirmado con toda la fuerza por la Cámara porteña. Los jueces Balbín, Corti y Centanaro no sólo le hicieron caso al fallo de su fiscal sino que fueron taxativos en algo obvio: cuando se trata un proyecto de ley para catalogar un edificio, hay que inhibirlo. Siempre, siempre, siempre, porque si no van, lo demuelen y todo se torna abstracto. ¿Quién dijo que a los abogados no se les entiende nada?

El largo fallo de la Cámara se origina en la insólita apelación del procurador general porteño, que por alguna razón considera que el pueblo que representa sería lesado si no se demuele el petit hotel. Balbín, Corti y Centanaro, de forma unánime, rechazaron esta semana su apelación. El escrito cuenta que el amparo fue presentado por Santiago Pusso como “vecino” –y en nombre de los vecinos de Basta de Demoler– con argumentos claros y llanos como que “es un barrio tan castigado por (las demoliciones), siendo que otrora ostentaba orgulloso una gran cantidad de petit hoteles, que daban marco a una fisonomía arquitectónica y urbanística única en una ciudad latinoamericana y que de no ser preservada es irrecuperable”.

Esta semana aparecieron dos pintadas pidiendo que no demuelan la casa de Montevideo y que no construyan la torre de oficinas y cocheras, para peor de cristales, que planea la empresa IQ.Fotos: Rafael Yohai
La historia que resumen los jueces continúa con la presentación de los diputados porteños Teresa de Anchorena y Jorge Enríquez, que demuestran que la autorización de demolición fue emitida después de que le comunicaran a las dependencias del Ejecutivo porteño que corresponden que estaba en trámite un proyecto de ley para catalogar el edificio. El Ejecutivo se hizo el oso y autorizó nomás, lo que resulta o sospechoso o estúpido, y en todo caso es incorrecto.

En contra se presentó la dueña del edificio, IQ Plaza Vicente López, cuyo representante explicó que iban a demoler nomás con la venia del gobierno porteño, y que estaban lesados en sus intereses económicos, además de haber cesanteado o suspendido a sus obreros y haber tenido que suspender el remate de las piezas de la demolición. También se presentó el procurador general porteño, apelando antes que los empresarios lesados, presentando argumentos que bordean la ciencia ficción. Primeramente, dijo que no hay verosimilitud en el reclamo del amparo, porque todos los papeles de la autorización de demolición están en orden. Como quedó claro arriba, esa autorización se dio después de que se comunicara por nota que se estaba proyectando legislativamente catalogar el edificio. De esto, el procurador general no se da por enterado. Su segundo argumento es que no existe “peligro en la demora”, lo cual es abiertamente psicodélico: una demolición toma literalmente horas o días, con lo que la premura de frenarla es evidente. Tercero, el procurador protesta porque no hay contracaución, esto es, porque no se fija un castigo económico por haber frenado la demolición. ¿Alguien necesita una chicana más clara para decirles a los vecinos que se callen y no se metan en los negocios inmobiliarios?

El fallo
Los jueces explican que consideraron los deberes que fija la Constitución de nuestra ciudad-estado al gobierno, entre los que están fijarse políticas medioambientales y culturales, garantizando explícitamente la preservación y restauración del patrimonio urbanístico y arquitectónico. Lo mismo ocurre con el Código de Planeamiento Urbano, que ordena catalogar y remitir a la Legislatura en un plazo perentorio de diez días (que ni Ibarra ni Telerman cumplieron jamás de los jamases). Luego le recuerdan al procurador porteño varios casos en los que hubo verosimilitud, apuro y contracaución y vuelven a repetir que Anchorena y Enríquez le comunicaron al Ejecutivo que se trataba de una catalogación en la Legislatura. Y ahí escriben, con claridad de romanos: “La existencia de un proyecto de ley sobre catalogación debe aparejar la modificación preventiva del catálogo respectivo mientras dure el trámite, y ello comporta la improcedencia de otorgar permisos de obra o demolición hasta tanto se resuelva”.

¿Se entiende? Los doctos jueces no dicen que “debería” inhibirse la demolición sino que “debe”. Hay que hacerlo. Punto.

Por tanto, la Cámara encuentra “razonable” y “ajustado” el amparo, y lo confirma: “Resuelve no hacer lugar a la apelación y, en consecuencia, confirmar la decisión recurrida”.

Este estupendo fallo unánime es una piedra basal para la acción: todo edificio o APH en proyecto, tratamiento o en ese limbo al que los condena el cajoneo de Telerman debe ser respetado.

Vecinos en la calle

Los vecinos de esta ilustre ciudad han descubierto el patrimonio de un modo que parece súbito. Por supuesto, lo que ocurre en realidad es que descubrieron que pueden defenderlo saliendo a la calle, protestando, movilizándose. Esto es, politizando el tema en el sentido más simple de ponerlo en la agenda política y cobrándoles a sus representantes electos la falta de legislación y de iniciativa política para defender el patrimonio construido.

En un punto, el tema es simple. Respecto del patrimonio hay tres clases de políticos. La mayoría nunca escuchó hablar del tema y no lo tiene presente porque con él no se ganan votos ni se tienen papelones. Son gente que sabe que, por ejemplo, no se puede cerrar un hospital ni siquiera si realmente hiciera falta cerrarlo, porque el escándalo sería sideral. Saben también que con el patrimonio no ocurre lo mismo.

Una minoría de políticos defiende el patrimonio, lo aprecia y conoce, pero hace apenas lo que puede ante una mayoría indiferente y ante el tercer tipo de político, minoritario pero realmente peligroso. Estos son los que directa o indirectamente lucran con la destrucción de nuestro edificios mejores, vía “peajes” para autorizar o acelerar construcciones o simplemente como miembros de la industria, a la que van a volver al dejar la función pública y en la que quieren ser recibidos con los brazos abiertos. Estos lo hacen por dinero y los ejemplos en administraciones pasadas, presentes y hasta futuras son claros y evidentes.

El único modo de parar esto es, desgraciadamente, haciendo olas. Los vecinos de Caballito, Parque Chas, Agronomía y Recoleta lo han descubierto y se mueven con energía, habiendo salvado ya varios edificios a fuerza de manifestaciones y recursos de amparo. Los eventos que se cuentan en la nota principal sobre el edificio de Montevideo 1244/50 les suben el costo político a los coimeros y a los indiferentes por igual, lo que ayuda a cuidar el patrimonio.

Ahora son los vecinos de la calle Pujol al 1400, en Caballito, los que salen a protestar, esta vez porque se va a construir un edificio de diez pisos en esa cuadra tranquila de casas unifamiliares, otra de las novedades con que se encuentran los porteños con el código que trabajaron finamente De la Rúa, Ibarra y Telerman, cada uno en su momento y con sus partes, para que toda la ciudad sea negocio para las constructoras. El miércoles, los vecinos se reunieron en la esquina de Pujol y Tres Arroyos para realizar un cacerolazo de protesta por el edificio. Como se verá, ya está empezando a haber una cierta sofisticación en la protesta, pues no se trata de una brutal torre sino de un edificio de diez pisos.

No muy lejos, en Floresta, los vecinos están de luto porque cerró el viejo café que desde hace muchos años encantaba con el nombre de El Arbolito, en la esquina de Bahía Blanca y Avellaneda, justo enfrente de la plaza Vélez Sarsfield. El barcito de la foto, una encantadora y típica esquina, cerró para ser reemplazado por la consabida torrecita de barrio, alta porque está en una avenida, y tan fea y olvidable como toda la arquitectura comercial actual. Los vecinos están enojados porque se dirigieron a su CGP, el 7, y a la Dirección General de Patrimonio pidiendo que el edificio sea catalogado aunque sea en su fachada, y cuentan que “nada se ha hecho”. Los vecinos de Floresta ya saben con qué bueyes aran y se están comunicando para sacar fotos de la esquina y pedirles a los obreros de la demolición que les regalen algunas molduras, para llevarlas a la Junta Histórica del barrio y preservarlas. Una tristeza.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Cuestionan que sea legal llamar Palermo Queens a Villa Crespo

LA DEFENSORIA DEL PUEBLO PORTEÑA SOLICITO UNA INVESTIGACION

Cuestionan que sea legal llamar Palermo Queens a Villa Crespo

http://www.clarin.com/diario/2007/09/14/laciudad/h-04405.htm

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad pidió ayer que se investigue si algunas inmobiliarias recurrieron a "prácticas engañosas" al comercializar propiedades en Villa Crespo, cambiándole el nombre al barrio por "Palermo Queens". Además, solicitó que, si corresponde, se apliquen sanciones a los infractores.

En su resolución, la Defensoría le pide a la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor porteña que "se investiguen estas prácticas engañosas y se apliquen las sanciones que correspondan a las empresas del rubro inmobiliario que usan el nombre de Palermo Queens para denominar a Villa Crespo".

El organismo actuó a raíz de la presentación realizada en julio por Hugo Tornese, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa Crespo, que denunció que varias inmobiliarias publican al barrio como Palermo Queens.

Hace tres semanas se sumó otra queja presentada ante el Gobierno porteño por la Asociación Civil Principios Identidad Cultura Educación, que reaccionó ante un folleto de la inmobiliaria Shenk, que convocaba: "Juntos fundamos Palermo Viejo. Hoy Palermo Queens". El volante les anunciaba a los dueños de propiedades entre Córdoba, Lavalleja, Pringles, Corrientes, Thames y Uriarte que era "el momento más propicio" para vender o alquilar.

Los vecinos denunciaron que el cambio de nombre del barrio viola el artículo 42 de la Constitución Nacional, que garantiza el derecho de los consumidores a "información adecuada y veraz". También señalaron que se estaban vulnerando las leyes nacionales de lealtad comercial y de defensa del consumidor, que prohíben la propaganda que induzca confusión.

En su momento, desde la inmobiliaria Shenk se defendieron asegurando que su intención no era cambiar el nombre a Villa Crespo, sino llamar a ciertas manzanas con un nombre comercialmente más atractivo.

El perfil de Buenos Aires

El perfil de Buenos Aires

http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=940584

Por Teresa de Anchorena
Para LA NACION


Invito al lector a recorrer una cuadra de la calle Alsina, la del 400, a pocos metros de la Plaza de Mayo. Allí verá, en la esquina de Defensa, los llamados "altos de Elorriaga", viviendas y comercios, donde se superponen restos de arquitectura colonial con reformas del siglo XIX; enfrente, la farmacia La Estrella, siempre en actividad; a mitad de cuadra, con la fachada agrietada, invadida por todo tipo de malezas, la casa que fue de María Josefa Ezcurra, cuñada de Juan Manuel de Rosas, frente al siempre concurrido y bien conservado café La Puerto Rico.

En esta diversidad me parece ver resumido algo del carácter de Buenos Aires. Durante mucho tiempo, la nuestra ha sido una ciudad hermosa y maltratada, en su arquitectura tanto como en sus árboles, castigados e invictos.

El patrimonio arquitectónico de una ciudad es un bien colectivo, un conjunto de referencias históricas y culturales que enriquecen la acción del ciudadano allí donde vive y trabaja. Ese patrimonio permite entender de dónde venimos tanto como adónde queremos ir, incluso en términos de renovación y de ruptura.

Es necesario, por lo tanto, repetir que el concepto de patrimonio y su salvaguarda no se limitan a los monumentos históricos. La calidad ambiental de un barrio de casas bajas como Parque Chas, sin pretensiones de lujo, es un bien tanto como puede serlo la efervescencia económica de la "ciudad nueva" de Puerto Madero.

La aceptación de edificios altos en la avenida Juan B. Justo, por ejemplo, no supone ignorar la movilización de los vecinos de Caballito para preservar la calidad ambiental de su barrio, amenazado por la construcción de torres. Lamentablemente, el Código de Planeamiento Urbano de 1977 autoriza imprudentemente las construcciones altas en casi todos los barrios.

El Estado debe escuchar a los vecinos y proteger el derecho de aquellos que han elegido vivir en una zona de la ciudad por sus características peculiares: de lo contrario, se afecta indirectamente el derecho a la propiedad de los que han optado, por ejemplo, por un barrio de arboledas y casas bajas, si en él empiezan a construirse torres y edificios en altura sin planificación alguna.

La ciudad de Buenos Aires posee un patrimonio arquitectónico de originalidad y diversidad extraordinarias, donde se fusionan las huellas de los múltiples aportes que dieron forma a la historia de la ciudad. Esa arquitectura es un valioso elemento simbólico de nuestra identidad como ciudad y un instrumento diferenciador en un mundo cada vez más uniforme y globalizado, que hace de Buenos Aires una ciudad irrepetible.

Obras de inspiración colonial, francesa, italiana o inglesa, conviven, dialogan en su espacio urbano con obras espontáneas como en ninguna otra ciudad del mundo.

Es este carácter único el que convierte a este patrimonio en recurso económico. El turismo ha pasado a ser en años recientes un factor importantísimo en la economía nacional, no sólo en la de la ciudad. El visitante extranjero es particularmente sensible al encanto de un Buenos Aires, cuyo carácter cosmopolita, lejos de diluir una personalidad propia, la pone de relieve.

Un informe reciente de la revista Travel& Leisure confirma los estudios realizados por la comuna porteña: la arquitectura es una de las motivaciones principales del turista que llega a la ciudad de Buenos Aires, segundo destino preferido por el turismo internacional.

El patrimonio arquitectónico construido es un capital de enorme valor, como lo expresaba la Carta Europea de Patrimonio Arquitectónico, suscripta hace 32 años, "su preservación, lejos de ser un lujo para la comunidad, es una fuente de economía".

Esa preservación permite valorizar oficios artesanales, hoy amenazados de extinción. Desde el punto de vista social, la restauración debe enmarcarse también en un plan que de respuesta a la necesidad de generar nuevos empleos, por medio de la creación de Escuelas Taller, que permitan capacitar como restauradores y dotar de mayor calificación a trabajadores de la construcción.

Preservar no supone atentar contra el derecho a la propiedad. En ese sentido, hemos presentado un proyecto de ley que establece la obligatoriedad de realizar una consulta previa antes de demoler o modificar fachadas de edificios construidos con anterioridad a 1942, fecha del primer catastro.

Mecanismos similares ya se han puesto en práctica en ciudades como La Plata, Rosario y Río de Janeiro y permiten saber al vecino qué inmuebles están protegidos, y en qué grado, y cuáles no. Esta norma serviría como herramienta para facilitar el diálogo entre el Estado, los propietarios y los vecinos, para acordar la preservación de partes de inmuebles o fachadas, conservando los elementos arquitectónicos principales y a la vez pudiendo realizar construcciones nuevas.

Por otra parte, es preciso que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires agilice los mecanismos de compensación para aquellos propietarios que puedan ver depreciada su propiedad, muchos de los cuales están vigentes, pero no se utilizan, como las desgravaciones impositivas, que pueden significar un descuento del 100% de las tasas; la implementación de créditos blandos del Banco de la Ciudad para la realización de proyectos en edificios de valor patrimonial y la transferencia de la capacidad constructiva, que prevé aplicar en otra parcela -propia o de terceros- la diferencia entre la superficie que tiene el edificio catalogado y la superficie originalmente permitida en el distrito en que se emplaza el inmueble.

Es imprescindible hacer compatible el derecho individual a la propiedad con el derecho colectivo a la preservación del patrimonio cultural.
Compete al gobierno de la ciudad dar el ejemplo cuando encara la restauración de inmuebles patrimoniales, como en el caso del Teatro Colón.

Es necesario tomar todos los recaudos para preservar los elementos patrimoniales, optando siempre que sea posible por la restauración antes que por el reemplazo (cosa que hoy, lamentablemente, no ocurre, en la medida en que se ha privilegiado la confección de nuevos y costosísimos textiles en lugar de preservar aquellos que tienen impregnados cien años de música e historia, elemento central que contribuye decisivamente a la maravillosa acústica de la sala).

Es urgente pasar de una política de preservación del patrimonio declamativa y sentimental a otra activa y concreta, en la que se definan reglas claras de preservación, se instrumenten mecanismos operativos de compensación a aquellos que se vean afectados, y se planifique. Así podrán convivir las edificaciones antiguas con las contemporáneas, y estas últimas, antes que ir en detrimento de la arquitectura valiosa existente, representarán un aporte que se suma, para conformar el patrimonio arquitectónico de las generaciones venideras.

Ciudadanos, empresarios y Estado, todos debemos asumir, ya mismo, nuestras respectivas responsabilidades.

La autora es presidenta de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.

Crecer sin olvidarse del barrio

Por la ciudad
Crecer sin olvidarse del barrio

Por Angeles Castro

Una ciudad que no crece termina siendo inviable. Una ciudad que crece sin criterios mínimos de desarrollo sustentable y armonía, también. En Buenos Aires, la construcción de torres aumentó a un ritmo vertiginoso durante el último año en los barrios de Villa Urquiza, Coghlan, Núñez, Palermo, Villa Pueyrredón y Caballito. En algunos de ellos, las superficies con permiso de obras para viviendas suman este año el doble de las registradas en el mismo período de 2005.

Explican los inversores la explosión por la amplia demanda existente. Lo curioso es que históricamente la gente ha elegido radicarse en esos barrios porque conservaban un paisaje dominado por casas bajas, en el que los edificios habían logrado insertarse sin alterar el ambiente vecinal.

Si la construcción de torres mantiene la tendencia actual, dentro de diez años la fisonomía de aquellos barrios aparecerá tan cambiada que habrá arrasado con el carisma del que hoy se enorgullecen. ¿Habrá sido ése el resultado esperado de la amplia demanda existente?



* * *


Un ejemplo de cómo puede mutar el paisaje urbano: los vecinos de Villa Urquiza ven con inquietud cómo se extienden las tapias que prenuncian inminentes demoliciones en la manzana de Olazábal, Andonaegui, Blanco Encalada y Altolaguirre. Desde la ochava de Blanco Encalada y Andonaegui cubren cuatro casas contiguas sobre Andonaegui, incluida la del terreno que hace esquina. Sobre Blanco Encalada sobrevive una heroica propiedad, y le siguen otras dos casas ya tapiadas. Sobre Altolaguirre crece un edificio allí donde antes había una casita de estilo inglés.

Cuando todas hayan sido convertidas en modernos edificios, la manzana habrá perdido la casona colonial que albergó una residencia para mayores, la imponente casa gris que alegraban dos ovejeros alemanes y la casa estilo inglés en la que hubo un jardín maternal, entre otras. En su lugar habrá una seguidilla de torres sin mayor identidad que "la de la esquina" o "la de mitad de cuadra".

Sería absurdo plantear un freno a la construcción, una actividad que marca el crecimiento económico de un país golpeado por las crisis y que emplea a miles de personas. Una ciudad necesita crecer.

Sí cabe, en cambio, exigir racionalidad y armonía; las autoridades no deberían permitir que los operadores se "ensañaran" con una veintena de manzanas en un barrio de 300. Ni que concentraran sus emprendimientos en sólo 10 de los 49 barrios porteños.

Por eso, la discusión abierta en los ámbitos legislativo, académico e inmobiliario requiere que el sentido común acompañe la revisión de los códigos y las ecuaciones financieras. Porque, más que al colapso de los servicios, la construcción de torres conduce al fin del pintoresquismo que caracteriza el alma de los barrios. Con equilibrio, la ciudad podrá crecer sin perderlo.

acastro@lanacion.com.ar

Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/860669

miércoles, 12 de septiembre de 2007

CONSTRUCCIÓN INDISCRIMINADA

CONSTRUCCIÓN INDISCRIMINADA


Las organizaciones vecinales de todo el país, que estamos siendo espectadores de a la sustitución de casas bajas por edificios altos, el cambio de perfil de sus barrios, la construcción indiscriminada (tanto del desarrollo inmobiliario como de obras públicas), sin un previo plan de desarrollo que articule esfuerzos conjuntos para llegar a destinos de interés común a todos los habitantes.

Es indudable que las decisiones referentes a cuestiones ambientales y de planificación urbanística son de tal magnitud e importancia que dejarán su impronta tanto en las generaciones presentes como futuras, prolongando sus efectos por décadas. Resultando de tal trascendencia que escapan a una decisión meramente técnica o de cualquier circunstancial mayoría política.

Por esta razón concluimos:

1. Que es necesidad prioritaria e indeclinable la utilización de las audiencias públicas, consultas populares o el método de participación ciudadana que la legislación de cada zona habilite, para legitimar cualquier resolución que quiera adoptarse en relación con el futuro urbanístico y ambiental de las zonas a implementarse, respetando de este modo la vocación de vida y características individuales de estas poblaciones.
2. Que también la ciudadanía debe tener una participación más allá del rol de sus representantes políticos en:
a. Análisis e información de servicios en su zona de residencia.
b. Aseguramiento de la correcta presentación de planos, programas, proyectos y el presupuesto que respalde cada desarrollo a efectuarse en las áreas en donde habitan.
c. La inclusión necesaria y obligatoria de un estudio de impacto ambiental previo a los permisos de emprendimientos inmobiliarios u obras públicas, en el cual también se debe asegurar la participación ciudadana (obtención de lo que se da en llamar licencia social).
d. La participación ciudadana en todas las áreas municipales relacionadas con el planeamiento urbano y medio ambiente.
e. La inversión con planificación y consulta a los vecinos.

En resumen, quienes integramos la RED VERDE CIUDADANA propendemos a tener un plan urbano ambiental que oriente el desarrollo de las ciudades, cuidando la calidad de vida de la población, resguardando los derechos ambientales y buscando que haya políticas de planeamiento participativo y gestión del ambiente urbano integradas a las políticas de preservación del patrimonio urbano y de desarrollo económico social.


SOS CABALLITO – VECINOS DEL PASAJE VOLTA –
VECINOS DE VILLA PUEYRREDON – BERNAL UNIDO –
QUILMES UNIDO – VECINOS EN DEFENSA DEL PARQUE WARNES
NEUQUINOS EN ACCION
RED VERDE CIUDADANA
http://www.verdeciudadana.blogspot.com/
redverdeciudadana@gmail.com

BUSCAN SALVAR UNA HISTORICA CASA DE SAN TELMO

BUSCAN SALVAR UNA HISTORICA CASA DE SAN TELMO

Ante el intento de un negocio inmobiliario, por el cual presionan a los integrantes de la Escuela Integral de Arte para desalojar una construcción histórica, asociaciones barriales y organizaciones Afrodescendientes defienden el patrimonio histórico cultural de San Telmo. Quieren evitar la destrucción de la casona de Defensa 1460/4, que cuenta con una galería subterránea de 1820, rescatando el espacio como un símbolo de la memoria y la identidad del barrio.
En la casona de Defensa 1460/4 se encuentra uno de los lugares más antiguos de San Telmo. En el subsuelo hay una galería subterránea del siglo XIX en donde se observan construcciones que habrían sido habitaciones de esclavos.
En el primer piso funciona desde el año pasado una Escuela Integral de Arte Afro Latinoamericana, en la cual se dictan danzas clásicas, contemporáneas y folklóricas, talleres de teatro para niños y adultos, y distintos seminarios. El proyecto de distintos asociaciones de Afro descendientes, es que allí funcione una casa que recuerde el presente y la historia de los negros, que incluya en el lugar un museo, visitas guiadas sobre espacios vinculados a la historia de la negritud y se realicen múltiples actividades culturales.
En la ciudad de Buenos Aires, pese a que en el siglo XIX los negros constituyeron buena parte de la mitad de la población del país, no hay ninguna casa ni museo con apoyo oficial, que reconozca el aporte de los afrodescendientes a la cultura y a la identidad.
San Telmo, barrio del Casco Histórico en donde se asentó una gran cantidad de afrodescendientes, corre el riesgo de perder uno de los últimos espacios históricos vinculados a la negritud, ya que ante una oferta vinculada a un emprendimiento inmobiliario, Manuel Ibáñez, el dueño de la casona de Defensa 1460/4, busca desalojar a Freda Montaño, la Directora de la Escuela Integral de Arte.
Ante un pedido realizado a la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires por el Comité de Afrodescendientes Proconservación del Edificio de Defensa 1460/4, conformado por las Organizaciones No Gubernamentales Fundación Africa Vive, Asociación Cultural Brasilera "A Turma Da Bahiana - La Barra de la Bahiana" y la Comunidad Caboverdeana, para preservar el patrimonio, el 14 de septiembre la Defensora del Pueblo Alicia Pierini resolvió solicitar a la Directora General de Casco Histórico de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, María Rosa Martínez; al Director General de Planeamiento Interpretativo de la Subsecretaría de Planeamiento, Ignacio Lopatín y a la Directora General de Patrimonio de la Secretaría de Cultura, María de las Nieves Arias; que informen acerca de la situación del inmueble y las acciones y medidas a adoptar a fin de su resguardo y conservación. También pidió al Centro de Arqueología Urbana, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, que brinde un informe acerca del valor histórico y arquitectónico del edificio. Por otra parte, la Defensoría del Pueblo pide poner en conocimiento de la resolución a la Comisión de Cultura y Comunicación Social de la Legislatura de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, al 28 de septiembre, ninguna de estas áreas ha respondido en el plazo solicitado de 10 días hábiles.
Ante una solicitud de auspicio para la Escuela Integral de Arte "Freda Montaño" por sus actividades socio-culturales, artísticas, educativas e institucionales, el 22 de agosto el Coordinador Regional de Educación No Formal, Dardo Arturo Acosta, estimó que "de ser posible, el Gobierno de la Ciudad, no puede dejar de valorar y reconocer este esfuerzo particular que enriquece el patrimonio cultural de la Ciudad, desde el enclave justo: el barrio de San Telmo".
Lo cierto es que hasta el momento, la mayoría de los funcionarios han desoído los pedidos para salvar una casona en la cual actualmente se realizan actividades artísticas y culturales que forman parte de la identidad y la diversidad de San Telmo y la ciudad de Buenos Aires. Las peticiones durante el 2004 y el presente año para subsidios ante el Fondo de Cultura BA línea Patrimonio Cultural, no obtuvieron respuestas. Mientras el dueño de la casa dice haber recibido una oferta privada que equivale a $500 mil razones, en San Telmo corre riesgo de desaparecer uno de los últimos bastiones de su diversidad e identidad histórica. La preservación de un símbolo de la memoria y el patrimonio histórico cultural, están en manos de la voluntad política de funcionarios y legisladores, que pueden intervenir para evitar un nuevo negocio inmobiliario en el barrio, o mirar, -como tantas otras veces-, para otro lado.
Fuente: EDUARDO SCIRICA En San Telmo y sus alrededores y www.ensantelmo.com.ar

Tratamiento de las leyes de Preservación del Patrimonio Arquitectónico

Este jueves 13 a las 18:30 hs
vamos todos a la Legislatura!
a apoyar el tratamiento de las leyes de Preservación del Patrimonio Arquitectónico.
ES IMPORTANTE QUE LOS LEGISLADORES VEAN
EL INTERES VECINAL
Cámara de sesiones, entrada abierta, llevar DNI.
Cualquier duda, comunicarse con Laura o con Amira
Se presentan:
1) proyecto de Emergencia patrimonial de Fernando Caeiro: prohibición de demoler las casas antiguas hasta que se analice la cuestión de fondo.
2) proyecto de catalogación inmediata de edificios relevados por el Ministerio de Cultura -DGPat- (Jorge Enriquez)
3) Proyecto "del año 42" de Teresa Anchorena: protección cautelar para todos los edificios construidos antes del año 42 (modelo vigente en la ciudad de Rosario). Para demoler, una Comisión analiza el caso.
A nuestro juicio, éste último es el más completo, y resolvería la cuestión de fondo.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Proyecto para rezonificar dos zonas de Villa Pueyrredón

Vecinos por los barrios de casas bajas

Proyecto para rezonificar
dos zonas de Villa Pueyrredón

Fundamentos del Proyecto

Los "Vecinos por los barrios de casas bajas", que nuclea a vecinos de Villa Pueyrredón y Villa Urquiza, presentaron un proyecto de ley para la rezonificación de dos zonas de Villa Pueyrredón.

El proyecto propone el cambio de distrito de zonificación actualmente vigente para la franja comprendida por la calles Griveo y Vallejos, entre Gavilán y Campana, excluyendo la Av. Mosconi. En esta zona se solicita cambiar la actual zonificación R2aII (residencial de densidad alta) a R2bII (residencial de densidad media-baja).

La otra zona propuesta es la que comprende la calle Artigas, entre Larsen y la Av. Mosconi; que de ser actualmente C3II (equipamiento central) pasaría a R2bII.

De esta manera las construcciones quedarían limitadas a una altura máxima de 9 metros, más un retiro hasta un plano límite de 12 metros.

Los "Vecinos por los barrios de casas bajas" argumentan en la fundamentación del proyecto presentado, entre otras muchas cosas, que: "En toda Villa Pueyrredón no existen zonas consolidadas con edificios de propiedad horizontal en altura, por lo cual su problemática edilicia es un típico caso de preservación del estilo paisajístico".

En cuanto al cambio de zonificación de la calle Artigas, que actualmente está calificado como zona central, en los fundamentos del proyecto se explica que esta zona tiene la particularidad de no poseer equipamiento administrativo, financiero e institucional, siendo su uso exclusivamente comercial y residencial con algunos edificios de altura.

En los últimos tiempos muchos de los locales para uso comercial se han derrumbado para ser destinados a la construcción de edificios de altura.

En cuanto al equipamiento institucional a escala barrial, explican los vecinos, este se encuentra ya establecido en la zona: clubes, sociedades de fomento, bibliotecas y escuelas; por otro lado, el equipamiento financiero se encuentra sobre las avenidas Mosconi, de los Constituyentes y San Martín. Quedando de esta manera satisfecha la demanda de estos servicios locales, amén de la cercanía del barrio con un distrito central de actividad intensa como los es Villa Urquiza. Por lo tanto es innecesaria la zonificación de Artigas como área central.

En estos momentos el proyecto está a la espera del informe técnico del Director de Interpretación Urbanística del Ejecutivo, informe necesario para que sea tratado en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura.

Ver Fundamentos: http://www.elbarriopueyrredon.com.ar/ediciones_07/agosto/noticias_fundamentos.shtml

Fuente:http://www.elbarriopueyrredon.com.ar/ediciones_07/agosto/noticias_rezonificacion.shtml


jueves, 6 de septiembre de 2007

El futuro arquitectónico de Floresta

¿FLORESTA SE CONVERTIRÁ EN UN NUEVO ONCE?

El futuro arquitectónico de Floresta
http://www.la-floresta.com.ar/2007/setiembre/2.htm

02/09/2007 - En estos días en que se celebra el 150 aniversario del barrio y la historia es el tema que nos convoca, es imposible no tocar el tema del patrimonio histórico real de Floresta, compuesto en su mayor parte por las viejas casonas de principios del siglo XX desperdigadas en toda la zona.

Vale destacar que “La Floresta" es un barrio mas viejo que otros, por haber sido antes que barrio, una pueblada del siglo pasado cercana a lo que era entonces la vieja ciudad de Buenos Aires, a la que se llegaba por tren en la mítica “Porteña”, recientemente restaurada.

Hoy en toda la ciudad se debate el boom de la construcción para hacer torres y el crecimiento anárquico de Buenos Aires, sin ningún plan maestro estratégico que equilibre intereses diversos y muchas veces enfrentados.

Y Floresta es uno de los barrios que mas está sufriendo, a una velocidad increíble, una versión propia de este fenómeno.


Es el problema del crecimiento del Polo Textil que, teniendo como columna vertebral a la avenida Avellaneda, hoy ya ocupa un radio cercano al kilómetro cuadrado. La consecuencia inmediata de este boom comercial, es la demolición masiva de las características casonas de principios del siglo pasado que el polo textil está tirando abajo para hacer locales y talleres-locales.

Y buena parte de lo que hoy se tira abajo son esas últimas casonas hijas de una concepción de la arquitectura ya perdida, de estilo italiano o mixturadas en Art Nouveau o Art Decó, con herrajes artesanales imposibles de realizar hoy, al igual que sus enormes puertas llenas de arabescos y detalles.









Bogotá al 3600 - Marzo del 2007


El miércoles 5 de septiembre se hará una visita guiada al casco histórico del barrio. Desgraciadamente, habría que decir "a lo que queda de él" ya que lo histórico en Floresta es/era una zona mucho mas amplia que la plaza Vélez Sarsfield, la estación, la iglesia y la biblioteca. Y aún en este ínfimo radio, hay patrimonio histórico en peligro. Por ejemplo, como evitar que se demuela la casona en venta que está en frente de la plaza Vélez Sarsfield, en la intersección de Bogotá y Chivilcoy. O el viejo bodegón de Bahía Blanca y Avellaneda, lleno de molduras que contrastan con el aspecto cúbico de los modernos edificios linderos?



Bogotá al 3600 - Agosto del 2007


El polo textil ya llegó a la calle Joaquín V. Gonzalez. En esta calle, entre Avellaneda y Bogotá, ya se han demolido en solo un par de meses tres casas para hacer locales. Y las calles Bacacay y Bogotá, desde J. V. Gonzalez hacia el oeste, todavía están repletas de casonas antiguas en muy buen estado de conservación.

Todo esto a una cuadra de la plaza. ¿Vamos a esperar a que el polo textil se siga expandiendo hasta llegar a la avenida Segurola, como muchos aseguran que terminará siendo su límite geográfico al oeste?. ¿Es el futuro de Floresta ser un nuevo Once?!

Puede el futuro depararle a este viejo barrio residencial un destino de cubos lisos con cortina sin identidad ni valor estético alguno para el espacio público, sino solo para los interesados inmediatos?

El espacio público es el ámbito donde nos encontramos y llevamos a cabo buena parte de nuestras vidas. La belleza de las fachadas, como cualquier paisaje, hace a la armonía de un barrio y sus habitantes, aunque las casas solo sean de sus propietarios. Pero los frentes de las viviendas tienen impacto en la vida de todos.

Floresta todavía tiene partes hermosas y tranquilas, con cielos amplios, casonas y jardines, zonas privilegiadas en una ciudad cada vez mas esquizofrénica y estresada. Estas zonas, codiciadas por quienes ven en ellas solo lotes para demoler y construir locales y edificios, le dan a la comunidad algo difícil de medir en dinero, pero no en bienestar: una calidad de vida. Un barrio de ritmo “tranquilo”, que se deja caminar. No es poco.
I
NTERESEMONOS POR EL BARRIO - DISCUTAMOS QUE BARRIO QUEREMOS - PIDAMOS POR UNA LEY DE FACHADAS QUE OBLIGUE A CONSERVAR LAS QUE TENGAN VALOR - PIDAMOS POR UNA LEY QUE PROTEJA EL PATRIMONIO HISTÓRICO - PIDAMOS POR UNA LEY QUE RESGUARDE CIERTAS ZONAS DE LA CIUDAD QUE LLEVAN UN RITMO "BARRIAL", DONDE LA GENTE TODAVÍA SE CONOCE Y SE SALUDA EN LA CALLE.

Sebastián LinardiVecino de Floresta

La otra cara del boom inmobiliario

Se demuelen dos petits hôtels por mes
http://www.lanacion.com.ar/informaciongeneral/nota.asp?nota_id=940682
En lo que va del año desaparecieron 16 de estas construcciones de estilo en Recoleta; quejas de vecinos


Buenos Aires va camino de perder a uno de sus emblemas arquitectónicos. Los petits hôtels , un tipo de edificación francesa de principios del siglo pasado que se adaptó a la fisonomía de Buenos Aires, desaparecen de a dos por mes: en lo que va del año, ya se demolieron 16 sólo en Recoleta, donde son un signo característico.


La imparable marcha de las demoliciones, que muestra la cara más discutible del boom inmobiliario, preocupa a los vecinos que temen la pérdida de la identidad de Buenos Aires.
Ellos también, a través de la organización Basta de Demoler, fueron los que acumularon en un relevamiento provisional e incompleto los datos de los 16 petits hôtels hasta ahora demolidos. LA NACION recorrió las direcciones y constató, por medio de los vecinos, que se trataba de este tipo de construcciones y de que habían sido destruidas recientemente.


La demolición no es una maldición repentina, aseguran, sino que comenzó hace dos años, con la reactivación del sector inmobiliario. Según la agrupación de vecinos de Recoleta, los edificios demolidos ya superan los 25. La inmobiliaria Israstzoff realizó un relevamiento para un evento realizado en agosto pasado sobre las bondades del reciclaje de edificios antiguos. En ese momento, constataron que se habían demolido 12 petits hôtels, entre agosto de 2005 y ese mismo mes de 2006; es decir que la tasa de demoliciones se duplicó en lo que va del año
"Son construcciones lindas y representativas que forman el contexto único del barrio.

Con estas demoliciones estamos perdiendo la identidad de Buenos Aires y, sin esto, ¿qué nos queda?", se pregunta María del Carmen Arias Usandivaras, vecina del barrio que se sumó a Basta de Demoler cuando advirtió que cerca de su casa demolían edificios que ella consideraba lindísimos.

Relevamiento

La Comisión de Patrimonio de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires está realizando un relevamiento de todos los petits hôtels en Recoleta y Retiro. Hasta ahora, localizaron 200 en buen estado y otros 100 con algunas modificaciones.


"Encontramos más de lo que imaginamos. Además de lindo, el petit hôtel es una tipología muy particular. Hay muchos en relativamente poco lugar, por lo que se está perdiendo mucho patrimonio", se lamenta Laura Weber, directora de la Comisión de Patrimonio que encabeza la diputada Teresa de Anchorena (ARI).


Según Basta de Demoler, hay por lo menos otros tres que están en proceso de desaparición en Montevideo 1244, Las Heras 1725 y Callao 924.


Para el situado en la calle Montevideo, frente a la plaza Vicente López, la empresa constructora tenía el permiso para demolerlo, pero un amparo judicial lo mantiene en pie.


El de la avenida Las Heras, entre Callao y Rodríguez Peña, podría correr la misma suerte: en los avisos clasificados se vende como terreno. "Antes se esmeraban y por lo menos decían «importante edificación»; ahora, ni eso. Con el boom de las torres saben que lo venden enseguida", se queja Juan Vacas, vecino de Recoleta que trabaja en un estudio de arquitectura.


El tercero está situado en Callao, entre Marcelo T. de Alvear y Paraguay, y su demolición ya comenzó. El miércoles 22 de agosto, los vecinos realizaron una parodia de velorio para despedirlo.


En ese acto, en el que los vecinos se vistieron de negro y unos músicos interpretaron la "Marcha fúnebre", Basta de Demoler pidió una ley de emergencia patrimonial. "Queremos que durante un año esté prohibido demoler para poder realizar un catálogo que proteja a todos los edificios de valor histórico", reclama Santiago Pusso, que está a la cabeza de la citada organización.


El diputado de la Legislatura porteña Fernando Caeiro (Coalición Cívica) presentó un proyecto de ley para hacer este reclamo efectivo. La norma suspendería las demoliciones -durante los 365 días posteriores a la sanción de la norma- de las edificaciones que contaran con planos registrados antes del 31 de diciembre de 1941.

Para Vacas, la situación es alarmante. "Esto es sólo un ejemplo de lo que pasa en la ciudad; así vamos a perder todo lo bueno de Buenos Aires", pronostica Vacas, que fue el encargado de realizar el relevamiento que reveló la demolición de esos 16 petits hôtels en lo que va de 2007.
En Peña 2811, una moderna edificación nace de los escombros de otra construcción de 1930. "No entiendo: con toda la tierra que hay en este país, siguen construyendo acá -sostuvo Jorge, un vecino de 76 años, mientras miraba con pena cómo un camión descargaba allí cemento a granel-.
¿Para qué toda esta destrucción?".

Por Agustín F. Cronenbold De la Redacción de LA NACION