viernes, 14 de diciembre de 2007

La Justicia detiene la demolición del teatro del Picadero

LA NACION LINE, 11 DIC 2007
La Justicia detiene la demolición del teatro del Picadero
Es una medida cautelar a raíz de un amparo presentado por una ONG
Martes 11 de diciembre de 2007 | 11:12 (hace 4 horas 30 minutos)

(Télam).- La justicia porteña ordenó la suspensión de la demolición del teatro del Picadero, cercano a Corrientes y Callao, tras la defensa del edificio que data de 1926 que iniciaron vecinos, autores y actores.La medida cautelar fue dictada por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario 12 en respuesta al amparo presentado por la organización vecinal Basta de Demoler ante la inminente desaparición del teatro ubicado en el pasaje Enrique Santos Discépolo para transformarse en oficinas. "Se ordena al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que adopte las medidas necesarias para suspender o, en su caso, impedir las tareas de demolición del inmueble sito en Pasaje Enrique Santos Discépolo 1847", fija el fallo judicial. La posibilidad de que el edificio, de alto valor patrimonial, fuera demolido fue repudiada, además, por los vecinos, junto a actores, autores y dramaturgos el viernes último durante una protesta frente al lugar. Este edificio se inauguró como teatro del Picadero en 1980 en las instalaciones de una antigua fábrica de bujías, diseñado en 1926 por el arquitecto Benjamín Pedrotti. Por allí, en el marco del ciclo Teatro Abierto y en plena dictudura militar se exhibieron obras de Aída Bortnik, Tito Cossa, Griselda Gambaro, Carlos Gorostiza, Eduardo Pavlovsky y Osvaldo Dragún, entre otros dramaturgos. Sin embargo, el espacio cultural que había surgido como una muestra del teatro argentino, sufrió un atentado durante el gobierno de Roberto Viola con bombas incendiarias que destruyeron por completo la sala. "Un edificio de oficinas sería como una sentencia de muerte para el pasaje: allí debería promoverse la vida cultural nocturna a través de la rehabilitación del Picadero y comercios relacionados con la cultura y gastronomía", aseguró Santiago Pusso, de Basta de Demoler.

Primeros pedidos de catalogación

Patrimonio

Primeros pedidos

Ya comenzaron a llegar los pedidos de catalogación de los vecinos al gobierno porteño, con copia a la Legislatura. El arranque de una movilización que puede salvar muchos edificios.

Subnotas


Por Sergio Kiernan

La casilla de este suplemento dedicada a recibir pedidos de catalogación –catalogar@pagina12.com.ar– estuvo muy activa. Los lectores sacaron sus cámaras o abrieron sus archivos y comenzaron a enviar fotos y direcciones, con comentarios inteligentes sobre el valor de los edificios que proponen catalogar y proteger. Algunos enviaron exactamente la información que se necesita para pedir la catalogación formal –foto, dirección exacta con los números de cada puerta, unas líneas sobre el valor del bien a proteger– mientras que otros enviaron la altura en la calle. Hubo quien no entendió muy bien la consigna y mandó su álbum de fotos con comentarios que compartimos pero que en este momento caen cortos. La idea es exigirle al gobierno porteño que catalogue los edificios, no lamentarnos por la calidad de los que se perderán. Con un poco de fuerza, en este momento político no se van a perder.

Pozos 33, la esquina grande de Jean Jaurès 422/426 y Marcelo T. de Alvear 1582

El lector Mauro Sbarbati se lució con sus impecables pedidos. Sbarbati no es arquitecto pero tiene buen ojo y envió una larga lista de edificios realmente valiosos a la Legislatura, a Cultura y a Planeamiento de la ciudad. Sus pedidos incluyen Lavalle 2688, Sáenz Peña 175, Maipú y Paraguay, Marcelo T. de Alvear 1582, Combate de los Pozos 33, Esmeralda 564, Jean Jaurès 356/368 y 422/426, Junín 561, Julián Alvarez 1946, Julián Alvarez entre el 1965 y el 1977 (el frente está tapiado y no se puede ver la dirección exacta), Anchorena 1374 y Coronel Díaz 1886.

Una cosa inteligente de esta lista es que todos estos edificios están en particular situación de riesgo, tapiados, abandonados, en muy mal estado o ya rodeados de edificios altos, todos factores que le suben el valor a la tierra a costa de lo construido. Por ahí hay que empezar, por las taperas en riesgo, no sólo para salvarlas como edificio sino para enviar una clara señal ciudadana a los especuladores inmobiliarios. En este fin de año se rezonificaron varios barrios de la ciudad, bajando las alturas y matando las torres, y se sancionó una emergencia patrimonial en todo menos en nombre que incluye la ribera porteña y la lista de 2700 edificios representativos que la misma ciudad compiló. Todo esto ocurrió porque el tema urbano y patrimonial se politizó al fin, con vecinos organizados y exigiendo medidas concretas. Los legisladores porteños reaccionaron y pasaron las leyes que se les pedían.

Jean Jaurès 356/368, Lavalle 2688, Sáenz Peña 175 y Maipú y Paraguay.

Hay que seguir en ese camino exigiendo catalogaciones. La manera de hacerlo es sacando una foto y mandándola por mail con unas líneas explicando el valor del edificio y dando la dirección exacta de cada puerta del edificio, local incluido (un ejemplo es Lavalle 1526/28/30, para un PH que tenga dos puertas y un local). No hace falta, ni remotamente, ser arquitecto o entendido en esas cosas para contar por qué el edificio es valioso como para preservar. Es el gobierno porteño el que tiene que escribir un informe técnico, un relevamiento, y no los vecinos.

Ese mail sucinto, con foto y direcciones exactas se envía a: dgp_sc@buenosaires.gov.ar (la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Cultura) y a supervision_spu@buenosaires.gov.ar (la Subsecretaría de Planeamiento Urbano del Ministerio de Planeamiento). Estas dos dependencias del Ejecutivo porteño tienen el deber de llevar a cabo los relevamientos y enviar la catalogación a la Legislatura. Por las dudas, conviene copiar el pedido a la Comisión de Patrimonio del legislativo, en la dirección que abrieron especialmente en proteccionpatrimonial@legislatura.gov.ar. Y también a este suplemento, para darlo a publicidad.

Chau a la calle Membrillar

M2, pagina12, ba, 8 dic 2007

Chau a la calle Membrillar

Final del formulario

Ya es oficial: la casona de la calle Membrillar será demolida. La ley que el militante católico disfrazado de legislador del PRO Santiago de Estrada logró aprobar fue publicada en el Boletín Oficial porteño. Miguel “Pancho” Talento, pese a ser kirchnerista, firmó el despacho y apoyó porque tiene una obediencia debida superior a la política: se lo pidió su señora mamá, que es parroquiana de la iglesia de Flores, propietaria y demoledora clandestina del edificio. El jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman terminó su gestión con una arrugada típica y no vetó el bodrio que le encajó De Estrada, como hizo en primera vuelta. Es que esta vez el cardenal porteño Jorge Bergoglio tomó el teléfono y llamó a los diputados para que le voten la ley. Telerman arruga pero no es zonzo –en rigor es un virtuoso del cuerpeo de problemas– y ni remotamente pensó en vetar por segunda vez.

Membrillar aloja en su primera cuadra, a metros de Rivadavia, lo que queda de la casa Piana, sede del viejo café La Subasta. La casa estaba protegida por ley como parte de la APH de Flores. El 20 de septiembre de 2003, la iglesia de Flores, que la heredó, comenzó a demolerla de noche, a escondidas, sin cartel ni permiso. Los vecinos se levantaron ese domingo y la encontraron rota y sin techos, pero lograron frenar la piqueta ilegal. El tema fue a juicio y la parroquia de Flores se encontró en un brete, ya que no había manera de ganarlo y el castigo de la débil ley patrimonial es económico: sólo se puede construir una fracción de lo destruido. Allí fue que la curia llamó a su fiel militante, De Estrada.

El legislador inventó de inmediato el proyecto de descatalogar retrospectivamente el edificio, un pastiche legal que a alguien que comenzó su carrera en el primer gabinete –el “gobierno cursillista”– de Onganía le debe parecer de lo más natural. El bodrio era tal que Telerman lo vetó este año, pero De Estrada insistió. Como la cosa no era fácil, Bergoglio en persona comenzó a llamar a legisladores, una gaffe francamente sorprendente en alguien tan hábil en lo político como el cardenal.

Al final, por un terreno en Flores terminó pegado el jefe de la Iglesia Católica Argentina. Suena a mucho: seguramente De Estrada no debe haber recibido felicitaciones demasiado calurosas de su cardenal y referente. El bochorno y la demostración de poder de De Estrada –un hombre de un orgullo luciferino– les costó a los porteños un edificio histórico.

Un bar histórico puede desaparecer


En Floresta funcionaba el histórico bar "El Arbolito". Desde el año 2005 los vecinos realizaron distintas gestiones en el Gobierno de Dirección General de Parimonio de la Ciudad para que el edificio sea protegido. Eugenio S

ampaolo Gutierrez mandó la foto y explica:

"Todavía no hemos recibido respuesta. El edificio se encuentra en riesgo de desaparecer por un emprendimiento que desconocemos, pero que pensamos no integrar. Es lamentable que los barrios alejados del centro de la

ciudad tengan que resignarse a perder su historia, nuestra historia...y todo por el mal desempeño de los funcionarios que no hacen su trabajo."



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Asumamos el compromiso con el cuidado del MEDIO AMBIENTE.